En relación al comportamiento de las variables atmosféricas relevantes para el monitoreo del funcionamiento del sistema océano-atmósfera en el Pacífico tropical, se observaron durante Marzo manifestaciones típicas de la fase negativa de la Oscilación de Sur (OS) o de un periodo cálido (fenómeno El Niño). Así, junto al índice negativo de la OS (-1.3), resultante de una anomalía positiva en Darwin (+1.3 hPa) y una negativa en Tahiti (-0.7 hPa) (Fig. 4), se observó un debilitamiento generalizado de los vientos alisios, cuya intensidad fue inferior al promedio climatológico en toda la banda ecuatorial del Pacífico entre 120 W y 135 E. Conjuntamente con esta condición anómala, se incrementó notoriamente la nubosidad convectiva en la región ecuatorial vecina a la línea de la fecha (Fig. 5), donde por primera vez desde Febrero de 1995 se registró un valor negativo del índice de radiación infrarroja emergente (RIE). Esta condición está muy relacionada con una perturbación intraestacional en la nubosidad convectiva que comenzó a principios de Febrero del presente año en el océano Indico (60 E, aproximadamente) y se propagó hacia el este hasta alcanzar los 160 W a fines del mes pasado (Fig. 6). El carácter oscilatorio de las anomalías de RIE para una determinada longitud en el Pacífico occidental queda claro en esta figura, donde se aprecia que durante la segunda mitad de Marzo volvió a registrarse un nivel deficitario de nubosidad convectiva en la región 160 E - 160 W.
De todos modos, es probable que la notable perturbación descrita en el campo de RIE en la región ecuatorial vecina a la línea de la fecha (Fig. 5), junto al comportamiento anómalo en el campo de viento superficial en la región del Pacífico ecuatorial occidental, provoquen cambios adicionales que refuercen el actual proceso de transición hacia un evento cálido por la vía de propagación de ondas de Kelvin (Nota: En la banda ecuatorial entre 135 E y 180 se registraron en Marzo, vientos del oeste a 850 hPa con una intensidad media de 5.2 m/s. Normalmente en esta región, el viento es del este durante este mes y su intensidad media es de 1.3 m/s).
A lo largo de la costa sudamericana también se observaron condiciones oceánicas y atmosféricas típicas de la fase negativa de la OS. Entre estas destacan las condiciones anormalmente cálidas en las aguas frente a la costa de Ecuador, Perú y norte de Chile. Al respecto, tanto en Baltra (I. Galápagos) como en Talara y Callao (en la costa peruana), se registró un significativo aumento de la TSM durante el mes. Mas hacia el sur, las estaciones meteorológicas costeras en el norte de Chile también registraron una condición anormalmente cálida (anomalías de +1.0 C, +1.3 C y +1.7 C en Arica, Antofagasta y La Serena, respectivamente), lo cual es consistente con las anomalías positivas de TSM que se presentaron frente a la costa del norte de Chile (Fig. 2). Por otra parte, y como otra evidencia del cambio hacia la fase de El Niño, el nivel del mar en Baltra se mantuvo entre 10 y 15 cm por encima del valor medio para esta época del año.
De los antecedentes analizados se concluye que resulta poco probable un retorno hacia un evento frío (condición La Niña) durante los próximos meses. Es necesario recordar que en general estos eventos fríos se asocian con la ocurrencia de inviernos con déficit pluviométrico en Chile Central. En este sentido, la condición anormalmente seca en 1995 y 1996 fue coherente con las persistentes anomalías negativas de TSM observadas en el Pacífico ecuatorial central y oriental durante ese periodo (ver regiones Niño 3 y Niño 1+2 en Fig. 3).
22 de Abril de 1997
P. Aceituno y
A. Montecinos
Sección Meteorología - Departamento
de Geofísica
Universidad de Chile
NOTA: Este boletín es auspiciado por la Dirección General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas (Chile), y cuenta con el apoyo en información de la Dirección Meteorológica de Chile. Anomalías de TSM y nivel del mar en estaciones costeras de Ecuador y Perú fueron proporcionadas por D. Enfield (NOAA/AOML). Una importante fuente de información climática es el Centro de Pronóstico Climático/NCEP, de la cual provienen directamente las figuras 1 y 2. Las figuras 3, 4 y 5 fueron elaboradas en el DGF, con datos obtenidos desde el CPC/NCEP. Finalmente, la figura 6 proviene del Centro de Diagnóstico Climático/NOAA.