Resumen ejecutivo

El evento frío en el Pacífico ecuatorial, que había comenzado con fuerza en abril, ha finalizado de una forma tan imprevista como lo fue su inicio, de modo que el pronóstico de la posible ocurrencia de un evento La Niña durante el invierno de 2003 no se ha verificado, y no se espera que ocurra en lo que resta del año. Específicamente, el sistema océano-atmósfera del Pacífico ecuatorial ha retornado a una condición normal, completando una oscilación que partió en abril con un rápido enfriamiento de las aguas superficiales por debajo del valor medio climatológico, y que tuvo las características propias del desarrollo inicial de un evento La Niña. Un potente pulso de viento del Oeste, que a principios de mayo afectó el extremo occidental de la cuenca del Pacífico, asociado a la llegada de un núcleo de nubosidad convectiva que se relaciona con una onda de Madden-Julian, generó las condiciones favorables para el debilitamiento generalizado de los vientos alisios y la interrupción del enfriamiento de las aguas.

La situación descrita representa la desaparición de un factor (fenómeno La Niña) que por lo general contribuye a la ocurrencia de déficit pluviométrico invernal en la zona comprendida entre las regiones IV y VII durante el invierno, y entre las regiones VIII y IX durante la primavera.

Sistema océano-atmósfera en el Pacífico ecuatorial

Se describe el comportamiento de diversas variables atmosféricas y oceánicas del sistema océano-atmósfera en el Pacífico ecuatorial durante junio de 2003.

OSCILACION DEL SUR

Aunque el índice ecuatorial de la Oscilación del Sur (diferencia de presión a nivel del mar entre el Pacífico ecuatorial oriental e Indonesia) mostró en abril que estaba ocurriendo una transición hacia la fase de La Niña, el índice definido como la diferencia normalizada de presión entre Tahiti y Darwin se ha mantenido persistentemente en la fase negativa (fase de El Niño), intensificandose durante mayo y junio (Fig. 1). Esto como resultado de la ocurrencia de anomalías negativas de presión de magnitud creciente en Tahiti (+0.5 hPa en abril; -0.4 hPa en mayo; -1.2 hPa en junio). Este proceso también se manifiesta en el borde oriental del anticiclón del Pacífico suroriental, donde el mes de junio estuvo caracterizado por anomalías negativas de presión (-0.4 hPa en Arica; -0.6 hPa en Iquique; -0.7 hPa en Antofagasta; -0.9 hPa en La Serena; -1.0 hPa en Valparaíso)

VIENTOS ALISIOS

El flujo zonal (E-W) en 850 hPa sobre el extremo occidental del Pacífico ecuatorial continúa mostrando una fuerte variabilidad intraestacional, con alternancia entre un flujo anormalmente intenso del Este (condiciones más extremas registradas a mediados de marzo y principios de mayo) y periodos con un flujo anómalo del Oeste (Fig. 2). La ocurrencia de esta condición anómala a principios de junio es consistente con el arribo a la región de un núcleo de nubosidad convectiva que se asocia a la propagación hacia el Este de una onda de Madden-Julian. Tanto la Fig. 2, como la Fig. 3, que muestra la evolución de la anomalía de radiación infrarroja emergente en la franja ecuatorial, sugiere que un nuevo pulso de viento Oeste debería ocurrir durante las próximas semanas. En el Pacífico ecuatorial central (140° - 175° W) y en la región ecuatorial más cercana a la costa sudamericana (145° - 120° W) persiste desde fines de mayo un flujo del Este anormalmente débil, lo cual añade un antecedente más al término abrupto del evento frío que comenzó en abril.

De acuerdo a la información de viento proporcionada por las boyas del programa TAO/TRITON en el Pacífico ecuatorial, los vientos alisios mantenían a principios de julio una intensidad cercana al valor medio climatológico (Fig. 4, izquierdo).

TEMPERATURA DEL OCEANO EN EL PACIFICO ECUATORIAL

La temperatura superficial del mar ha retornado a su valor medio climatológico en el Pacífico ecuatorial, completando un pulso de enfriamiento que empezó en marzo y que alcanzó su máxima intensidad y extensión durante mayo (Fig. 4, derecho). Tal situación también se advierte en los índices de TSM que se muestran en la Fig. 5. En particular, a principio de julio todos los índices mostraban una tendencia positiva. Esta evolución no fue identificada por los modelos de pronóstico, los cuales en general muestran serias limitaciones para anticipar tanto la ocurrencia de pulsos de viento anómalo del Oeste en el Pacífico ecuatorial occidental, como los impactos asociados en el campo de TSM.

El fin de la corta excursion del sistema océano-atmósfera en la fase fría, se advierte también en el campo de temperatura sub-superficial, el cual a principios de julio mostraba la predominancia de una condición más cálida que el promedio climatológico en todo el Pacífico ecuatorial, con anomalías superiores a +4.0° C de a unos 70 m de profundidad en el sector oriental de la cuenca (110°W) (Fig. 6). Este máximo podría corresponder a la manifestación local de la onda de Kelvin que se propaga hacia el Este como resultado del pulso de viento del Oeste sobre el Pacífico ecuatorial occidental a fines de mayo (Fig. 4, izq.).

Perspectivas futuras

La perspectiva de ocurrencia de un evento La Niña ha desaparecido, y no existen las condiciones para que este fenómeno se desarrolle durante los próximos meses. En el recuento histórico el año 2003 quedará marcado por la ocurrencia de un enfriamiento abrupto de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial a partir de fines de abril, que se interrumpió en mayo como resultado de un debilitamiento generalizado de los vientos alisios, luego de un pulso de viento del Oeste asociado a una onda intraestacional de Madden-Julian en el extremo occidental del Pacífico ecuatorial. A nivel regional, la situación descrita representa la desaparición no prevista de un factor (fenómeno La Niña) que contribuye a la ocurrencia de déficit pluviométrico invernal en la zona comprendidad entre las regiones IV y VII durante el invierno, y entre las regiones VIII y IX durante la primavera. Por otra parte, la evolución observada de la condición térmica en el Pacífico ecuatorial, pone de manifiesto las serias limitaciones de los modelos de pronóstico de TSM para incorporar el efecto de las fluctuaciones de carácter intraestacional asociadas a las ondas de Madden-Julian en el Pacífico ecuatorial occidental.

Aspectos climáticos en Chile

Régimen pluviométrico

La ocurrencia de cinco episodios de precipitación de origen frontal durante junio de 2003 generaron un superávit pluviométrico para el mes de junio, desde Curicó (35°S) al sur. Específicamente, entre los 38°S y 40°S la precipitación de junio superó en más de 100 milímetros el valor medio climatológico (24 y 25 días con precipitación en Osorno y Valdivia, respectivamente). En la Fig. 7 se advierte una alta frecuencia de días con precipitación entre Concepción (37°S) y Coyhaique (45°S), durante la segunda y tercera semana del mes. Dentro de éste mismo período, el día 14 se registró el evento pluviométrico relativamente débil que afectó la zona centro-norte, entre La Serena (30°S) y Santiago (33°S). Otros dos eventos pluviométricos aún más débiles, fueron registrados en esta misma región los días 05 y entre el 09 y 10 del mes (Fig. 7, superior).

La evolución de la presión atmosférica a nivel medio del mar durante junio, que se presenta en la Fig. 7 (panel inferior), se caracterizó por la predominancia de valores inferiores a 1010 hPa al sur de los 40°S, lo que da cuenta de la alta frecuencia de paso de sistemas frontales. En relación a la ocurrencia de altas de bloqueo en latitudes altas del Pacífico sur y en el extremo sur del continente, se registró un episodio durante la primera semana del mes, y otro relativamente más intenso, con presiones superiores a 1020 hPa al sur de 50°S en la última semana del mes.

En la Fig. 8 se muestra la distribución latitudinal de la precipitación durante junio de 2003, que se caracterizó por un significativo superávit en la mayoría de las estaciones de Curicó al sur (23% en Curicó; 36% en Concepción; 52% en Temuco; 61% en Valdivia; 73% en Coyhaique; 31% en Balmaceda; 67% en Punta Arenas)

La Fig. 9 muestra la precipitación en el periodo enero-junio de 2003. Las fuertes precipitaciones durante junio en la región centro-sur del país lograron reducir significativamente el fuerte déficit pluviométrico que se registraba hasta fines de mayo de Chillán al sur (con la excepción del Punta Arenas).

Régimen térmico

Las características de la evolución de las temperaturas extremas diarias (máxima y mínima) expresadas como diferencias respecto al valor medio climatológico se presentan en la Fig. 10

Respecto a la temperatura máxima, durante junio predominaron anomalías positivas en la mayor del país. En la zona centro-sur, entre los 30°S y 42°S, se registraron las anomalías positivas más altas (entre +2°C y +4°C), siendo la región central la que alcanzó las mayores desviaciones, entre +4°C y +6°C por sobre el valor climatológico, durante la última semana del mes. Temperaturas máximas inferiores al promedio se registraron en la zona central durante la primera semana del mes, con anomalías negativas entre -2°C y -4°C. Un segundo episodio frío relativamente más intenso, con anomalías entre -4°C y -6°C, se registró durante la segunda semana del mes al sur de los 45°S, aparentemente asociado a una circulación anticiclónica en altas latitudes del continente (Fig. 7, inferior), que favoreció la advección fría desde el sur

En el régimen de temperatura mínima (Fig. 10) de junio también se aprecia el predominio de condiciones más cálidas que el promedio, particularmente en la región central del país entre La Serena y Puerto Montt (30° - 42°S) donde durante una buena parte del mes las temperatura mínima superó entre +4.0°C y 6°C el valor medio climatológico. Esta situación se asocia al aumento de nubosidad derivada de la alta frecuencia de actividad frontal. Durante los primeros 10 días del mes, se presentó un periodo anormalmente frío entre los 35°S y 45°S, con anomalías negativas entre -4°C y -8°C alrededor de Valdivia (Fig. 10, inferior). Este período coincidió con la presencia de circulación anticiclónica asociada al paso de una altas fría de origen posfrontal que afectó en dos ocasiones (días 3 y 7), la zona centro-sur del país.

Circulación general de la atmósfera: anomalías regionales.

La circulación atmosférica media durante junio se caracterizó por un núcleo de anomalía negativa de presión a nivel del mar en el Pacífico suroriental, con una intensidad del orden de -9 hPa a unos 45°S frente a la costa chilena (Fig. 11). Esta situación, que representa un significativo debilitamiento del borde sur del anticiclón subtropical, combinada con la presencia de anomalías positivas de presión sobre la Península Antártica y el Mar de Weddell , es consistente con la alta frecuencia de sistemas frontales que afectaron la región centro-sur de Chile durante junio. El patrón de anomalía del campo de altura geopotencial de 500 hPa (H500) muestra una estructura similar al campo de presión, con un núcleo de anomalía negativa (máximo alrededor de -120 hPa) centrado al oeste de Sudamérica y al sur de los 40°S y anomalías positivas con máximos +60 y +90 mgp sobre la Península Antártica y el Mar de Weddell.

La presencia de un núcleo de anomalías positivas de H500 sobre la región subtropical del continente, contribuyó a una intensificación del flujo del Oeste en la porción sur del continente (mayor baroclinicidad), pero también explica la escasa actividad frontal en la región centro-norte del país durante junio, lo que da cuenta del déficit pluviométrico durante este mes en la región al norte de 35°S (Fig. 8).

Situación en Santiago

El promedio de la temperatura máxima durante junio de 2003 en la estación Quinta Normal de Santiago (33°S), fue + 1.8 °C más alto que el promedio climatológico que es 15.2°C. Esta condición anómala fue consistente con la alta frecuencia de días anormalmente cálidos (Fig. 12), particularmente durante la segunda mitad del mes.

Respecto a las temperaturas mínimas, el mes de junio se caracterizó por una alta frecuencia de días con anomalías positivas, verificándose en 12 de ellos anomalías superiores a +4°C, particularmente durante la primera mitad del mes, cuando hubo una alta frecuencia de días nublados (Fig. 13). En promedio, la temperatura mínima durante junio excedió en 3.1°C el promedio climatológico del mes. Se advierte en la Fig. 13 el fuerte condicionamiento que la nubosidad ejerce sobre el enfriamiento nocturno. Así, durante todos los días nublados se registraron anomalías positivas de temperatura mínima, y los cuatro días más fríos de mes (3, 4, 15 y 16) coincidieron con cielos despejados.

Durante junio se registró un significativo déficit pluviométrico (55%) en Santiago de modo que la precipitación acumulada durante el mes fue 50 mm inferior al promedio (70.4 mm).

Aspectos oceanográficos en Chile

En la Fig. 14 se muestra la evolución del campo de temperatura superficial del mar (TSM) en el Pacífico sur en la zona ecuatorial entre enero y junio de 2003. Se advierte el enfriamiento de las aguas en el sector ecuatorial oriental a partir de febrero, y la propagación hacia el Oeste de las anomalías negativas hasta alcanzar la máxima extensión en mayo. Frente a la costa de Chile predominaron anomalías negativas en enero, febrero y marzo, en los meses siguientes se establecieron anomalías positivas de TSM, particularmente al sur de 35°S. Un hecho significativo que se indica en la Fig. 14 es la lenta progresión hacia el Este de un núcleo de anomalías positivas localizada entre 35°S y 40°S, frente a la costa chilena, entre enero y junio. Por último, el periodo abril-junio se ha caracterizado por la persistencia de anomalías positivas de TSM del orden de +1.0°C en latitudes más altas que 50°S, alrededor de 90°W.

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